— No más mitos ni prejuicios

Psicología

En todo proceso de valoración para idoneidad adoptiva, es necesaria y de suma importancia la participación de la persona profesional en Psicología.

Se trata de realizar un proceso de acompañamiento a la persona solicitante o pareja. Y desde la profesión de Psicología, se logra trabajar el tema de la adopción desde lo más profundo, desde su deseo inicial, considerar si existe o no temas importantes que se deben abordar antes de tomar esta decisión, como lo son: la motivación, condición de infertilidad o no, historias de vida, relación de pareja, y muchos otros aspectos relacionados directamente con la personalidad.


Se pasan pruebas de psicología con altos niveles de confiabilidad, para que la persona solicitante pueda autoconocer sus limitaciones y sus fortalezas en tema de adopción, a la hora de ejercer su paternidad o maternidad y se complementa con entrevistas durante todo el proceso de valoración.

Siempre fortaleciendo la idea de que la unió se fortalece por amor y no por genética.

¿Qué se hace?

La elaboración de la Evaluación de Idoneidad Mental para solicitantes de Adopción es el proceso investigativo que busca identificar el conjunto de capacidades, factores de riesgo y habilidades funcionales, en el ámbito afectivo, conductual, interpersonal y cognitivo, asociadas con las competencias psicológicas y emocionales para desempeñarse o desenvolverse en el ejercicio de la maternidad y paternidad.

Con el cual se realizará el informe psicológico (Psicosocial) de idoneidad mental para solicitantes de adopción, que es el resultado escrito de la evaluación psicológica realizada por el o la profesional a la persona o pareja, en el cual se valora la idoneidad y se brindan conclusiones y recomendaciones.

El papel del profesional en Psicología durante los procesos adoptivos no se debe de limitar a la Evaluación de factores que evidencien la idoneidad mental de una persona o pareja de cara a la adopción.

En dicho proceso, se generan una serie de cambios cotidianos, psicológicos y emocionales, tanto en los solicitantes de la adopción como en la Persona Menor de Edad adoptada. En el marco de un acompañamiento integral que ayude a abordar cada uno de estas modificaciones, es conveniente que las partes acudan a un proceso psicoterapéutico que les permita procesar, psicológicamente, cada aspecto de la nuevas vida familiar y desde la subjetividad individual.

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